La Segunda Guerra Mundial no pasa de moda. Cuando hace casi setenta años de su fin, sigue siendo tema predilecto de muchos historiadores y del público en general. Las librerías colocan en sus escaparates y estantes principales las últimas novedades sobre ella. Si nos dedicamos a cambiar de canal ante el televisor siempre encontramos alguna película o documental sobre la Guerra. ¿Por qué es esto así? 
Indudablemente, por los millones de muertos, por las atrocidades cometidas, por las ideologías totalitarias enfrentadas, etc. que han seducido, más bien cautivado, al gran público. 
El primer acierto del libro es, sin duda, el título. El autor Luis Moyá Bareche toma prestado el nombre de la famosa película de Vicente Minnelli Cautivos del mal (1952), film no bélico, pero cuyo título encaja como anillo al dedo a la fascinación por la barbarie de este conflicto.
Pero es que, además, la presente obra presenta otras virtudes como su afán de globalidad, de concebir en un solo libro la totalidad de los hechos e interpretaciones, sin obviar absolutamente nada. Ello, junto con la amenidad del relato, hacen que sea de obligada lectura, al menos entre los muchísimos aficionados a la sangrienta Guerra.
Finalmente, debemos destacar el gran apéndice cinematográfico que el autor, gran conocedor del séptimo arte, nos ofrece al final de la obra, constituyendo el más extenso recorrido publicado hasta la fecha sobre el cine y la Segunda Guerra Mundial.